jueves, 14 de junio de 2012

mambos de lo que no puede ser

Quiero que nos repartamos, bah, en realidad quiero que nos partamos: que dividamos nuestros miembros, vos manejes algunos, yo otros e intentemos que todo funcione mejor.  Vos encárgate de mi cerebro y mi lengua; yo manejo tu corazón y tu voz; vos guíame en la cama y yo te guio en el baile… Te regalo mis pies, ¿me regalás tu risa?

Quiero que volvamos al pasado. Cuatro años atrás, cuando yo ya era grande y vos no. Y quiero que te enamores de mí y yo no me enamore de vos hasta el día en que me lleves al río y  me enamore de otro.
Obviamente quiero ser consciente de mi llegada al mundo, de todo ese líquido que me rodea y de mi llanto desesperado por  haber cometido mi primera mala decisión: salir al mundo antes de lo previsto. Quiero sentir ese primer arrepentimiento.
Me gustaría que no me abandones con siete añitos y con fiebre, que crezcas y madures como todo el mundo. Quisiera que dejes de ser adolescente. Que nunca leas esto sin llorar.
Quiero que me pidas perdón, por haberme cagado la vida, por haberme hecho conocer el odio desde tan chica y por haberme robado (vos sí) a mi hermana.

Quiero ser música, caminar por la calle con un violín al hombro y dos palitos en el bolsillo. Y sonreír siempre.
Siempre quise llevarte a conocer un pueblo que amo y que te enamores de mí más todavía.
Quiero que, un día, mientras bailamos, me digas que estoy linda y me quieras besar.
Quiero que me devuelvas lo que me debés sin que te lo pida.
Quiero que estemos encerrados en una burbuja para siempre. Vos, tu corazón, mi cabeza y yo.

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