lunes, 23 de julio de 2012

Manejen los mambos

                A mi amigo el árabe y a todos los demás también
 Otro mambo a pedido

Un amigo me comentó: “No sé qué le pasa a la piba, de repente me caga a pedos por todo”. Otro me dijo: “Hoy no la veo, dice que está cansada, pero para mí le pasa algo” y “Se queda dormida y sólo quiere un abrazo, y yo…” Un tercero me preguntó: “¿De dónde sacan tantos motivos de queja”. Y el árabe me dijo: “necesito saber qué hacer cuando mi novia está indispuesta”.

Chicos, primer punto: las hormonas, tema que sobrepasa las expectativas de este blog y de esta entrada particularmente, afectan el estado de ánimo de las mujeres, el apetito, en las relaciones y los comportamientos en general. Pero tienen que saber que es saludable para el cuerpo de una mujer que todo esto suceda, ¿si?

La mujer –hablemos de un caso modelo–  se vuelve más sensible, hasta un punto que ni ella puede creerlo. Se siente vulnerable, fea, que nada le alcanza, nada le hace bien y sólo quiere quedarse quieta hasta que pasen esos días de sufrimiento.
El tercer punto que tienen que entender es que NO ES VOLUNTARIO y NADIE TIENE LA CULPA. Es controlable, sí, cuando una ya es grande y sabe que ciertas reacciones tienen tal origen, puede intentar controlarlo, pero a veces pasa que no alcanza eso…
Entonces, ¿qué hacer?
Ante todo: paciencia y observación. No siempre afecta de la misma manera, o sea que hay que tener la suficiente capacidad de percepción para entender cómo comportarse ante tales situaciones tan trágicas. Una vez que entienden eso, que observa y ustedes mismos se van armando un esquemita de cómo ir reaccionando, van a ver que todo va mejor.
Va a tardar mucho en decidir cómo vestirse, más que de costumbre. En ese momento, ante un: “¿qué me pongo?” no se responde “¿Qué? ¿¡Sos tarada!? Ponete lo que quieras, es un asado con amigos.” Porque después deciden ir a una fiesta, van a estar todos vestidos bien y ¿quién va a ser el culpable de su incomodidad?
Al “Tenemos que hablar” no se responde “uffff, que pasa ahora??”. Sino, “Decime, mi amor”. Porque es muy probable que en esos días quiera irse con otro, porque las hormonas fueron para ese lado, así que cuidado. Nada puede ser muy grave, pero escúchenlas con paciencia, fijan, no importa, pero que sea creíble.
Durante esa semana, pueden regalar un “Qué linda que sos, te amo, bla bla” Pero sin exagerar, no somos boludas, somos mujeres.
Luego, tienen que tratarlas como si fuera un adorno de cristal: suaves, comprensivos e interesados en cualquier estupidez que quiera decirles (porque esa también es un efecto: decir, pensar y hacer estupideces que llevan a un arrepentimiento cruel y silencioso).
Nunca, pero NUNCA, les digan “¿Qué te pasa, te vino?”. Esa es buena si quieren que la mina los deje.

Esta va de regalo porque son mis amigos y los quiero, pero no dejan de ser hombres: sean inteligentes y sostengan las mentiras más allá de esa semana de mierda (sobretodo si lo vuelve a plantear al mes siguiente), puede ser muy perjudicial la sinceridad en estos momentos.

Continuará, pero vayan leyendo más a Maitena… que vive indispuesta y la tiene re clara.

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1 comentario:

  1. me quedé sin hormonas... digo, sin palabras!
    como diría el chabo: eso eso eso eso

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