Juan es un tipo común, que vive en una casa común y que
todavía está soltero, pero un día, cuando se acerque a los 35 años, en su trabajo
común, encontrará a la mujer de sus sueños, que no será nada del otro mundo y
que hará que, por unos años, su vida se vuelva un poco más divertida.
Durante esa época, Juan evocará todos esos deseos que
consideraba perdidos y comenzará a participar de todo tipo de eventos que darán
un falso aire de sentido a su vida y comenzará a soñar y a lamentarse de lo que
no pudo ser.
En ese momento, en el Juan se ponga a reflexionar acerca de
su pasado y vea que nació para ser un tipo común, se deprimirá y creerá que nada tiene sentido y que es mejor seguir sobreviviendo hasta que algún
meteorito vuelva a cambiar el mundo.
En otro lugar del planeta, Carla es una tipa rara, que no
cuida su lenguaje ni sus formas y no tiene inconveniente en aceptar cualquier
tipo de propuesta. A los 35 años parece de 45 y acarrea la vida sin compromisos
ni composturas. Se mueve apuradamente sin tener a nadie que la espere y va
cumpliendo sus pequeños sueños y logros.
Un día Carla, mientras camine hacia la marcha feminista
conocerá a la mujer o el hombre de sus sueños y su vida adquirirá un sentido nuevo. Empezará a caminar más lento y
a escuchar más; no tendrá tantos puntos adonde dirigirse y, de poco, adquirirá
compromisos y composturas. Se irá apagando su rareza y no dudará en hacer todo
lo que siempre negó que haría por temor a estancarse. Y un día se estancará.
Pero Juan no se sentirá deprimido ni Carla estancada,
vivirán el amor y dejarán todo por él. Cambiarán de puntos de vista y de
actitudes, serán felices en lo único que se puede ser feliz.
- ojalá Carla no parezca de 45 fisicamente, sino solo intelectualmente
ResponderEliminar- ojalá siempre encuentre nuevos puntos donde dirigirse
- y ojalá, por el bien de esta muchacha, nunca jamás se estanque.