miércoles, 26 de septiembre de 2012

Mambo múltiple

Si yo tuviera un trastorno de personalidad múltiple y se desenredaran todos los personajes que hay en mí, no sé a cuál elegiría si quisiera curarme.

Soy una mujer normal, enamorada de espaldas anchas y manos grandes, ojos claros y voces gruesas. Me gusta sentirme protegida aunque no lo necesite y me divierte hacer planteos innecesarios, interpretar todo y buscarle el defecto a cualquier minita que pasa. Me gusta disfrazarme para ir a la oficina y preocuparme porque mis trabajos salgan bien.

Soy intelectual, me quedaría encerrada toda la vida en una torre muy alta leyendo, tocando el violín y escribiendo. Me enamoraría otra vez de un patético profesor y me pasaría la vida evitando los desafíos de la vida terrenal y pretendiendo ser cualquiera de las autoras a las que admiro.

Soy minita, bailo, miro, miro mucho más de lo que veo, no entiendo un montón de cosas y no me importa. Me gusta ponerme calzas y tacos porque soy tan flaca que me puedo poner cualquier cosa. No entiendo nada de política. Me gustan los chicos lindos, los que parece que tienen algo más que esa belleza. No aprendo de los errores. Siempre quise ser morocha de ojos verdes y que los chicos se den vuelta a mirarme.

Soy hombre, puedo ser muy básica, me gusta la violencia, la velocidad de las cosas, encajar besos inesperados, la tecnología y los cuerpos muchas mujeres.

Soy una nena que no crece, que todavía cree que con una sonrisa se puede conseguir algo. Tengo antojos de helado y de estar con mis amigos. Me gustan los chistes malos y las bromas pesadas. El mejor momento es cuando no me doy cuenta de nada, ni siquiera de que no me estoy dando cuenta.

Qué lindo es jugar, ¿no?

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