Será la hora de la siesta y vas a querer dormir cuarenta y
cinco minutos. Y cuando lo digas me va dar sueño. Y vamos a desaparecer del
mundo. Cada uno va a desaparecer de su mundo. Y cuando despertemos, nos
contaremos los sueños más irracionales.
Será la hora de la siesta y no habrá nadie por la calle. El
pueblo se borrará del mapa por unas horas y ninguna acción modificará el
transcurso de los acontecimientos. Cuando el pueblo de despierte, será como si
el tiempo no hubiese pasado.
Será la hora de la siesta y alguien morirá. Y otros llorarán
desconsoladamente dejando en esas lágrimas las razones. No podrán dormir por
unos días. Cuando el dolor se vaya. Se acostarán a las tres de la tarde.
Será la hora de la siesta y
mi cuerpo querrá hacer el amor. Y esa siesta invisible se prolongará
hasta la noche más azul. Cuando nuestros cuerpos se separen, voy a buscar agua
y cuando vuelva serás un príncipe durmiente.
Será la hora de la siesta y bailaremos como viejitos que
seremos. Una hermosa melodía que aprendimos mucho tiempo atrás contará los
minutos hacia atrás y la felicidad se ubicará entre tus hombros y mi pera.
Esto está lleno de música y suavidad. Me transporta hacia lo más cotidiano y a lo más profundo. Tiene sensualidad, sexualidad y sin llegar a lo grotesco. Me pude dejar llevar por los versos y tus historias. Que lindo es compartir nuestros mambos. No me siento tan solo.
ResponderEliminarTe felicito y me enorgulleces.
Fede.